10. Empodérate a través del lenguaje (Parte 1)
Bienvenido
al blog “Resiliencia: Herramientas para superar la adversidad”, que está
diseñado para tu desarrollo personal y profesional. Te ayudaré a que puedas
salir transformado, empoderado y enriquecido ante situaciones adversas. Así
que, si has pasado, estás pasando o vas a pasar por algún tipo de adversidad y
quieres desarrollar tus recursos personales, este es tu blog.
El lenguaje
es el medio a través del cual organizamos nuestros pensamientos y sentimientos,
y comunicamos a los demás nuestro mundo interno. Tom Andersen decía que "El lenguaje no es
inocente", ya que el lenguaje tiene la capacidad para darnos o quitarnos
poder.
Por un lado,
las palabras tienen el poder para mantenernos encerrados en nuestra forma de
ver el mundo. En este sentido, Ludwig Wittgenstein decía que los límites del
lenguaje de uno son los límites de su mundo. Por otra parte, las palabras tienen
el poder de facilitarnos una apertura a nuevas formas de ver la realidad y actuar
en consecuencia. De esta forma, el lenguaje puede hacerme resiliente o preso de
las dificultades de la vida diaria.
Uso un
lenguaje desempoderado o victimista cuando me siento limitado o con pocos
recursos ante una determinada situación y mis palabras muestran esta falta de
alternativas y de poder. Cuando actuamos desde la justificación, la
culpabilización de otros o la utilización de excusas generamos lenguaje
victimista o desempoderado.
Sólo comunicándome
a través de un lenguaje responsable, seré capaz de crear y producir
transformaciones
Durante este
y los próximos post, presentaré las diferentes formas de lenguaje
desempoderado, para que puedas identificarlos en tu vida cotidiana y puedas
modificarlo por un lenguaje empoderado, recuperando tu poder interior e
incrementando tu resiliencia.
Uno de los
criterios para tener un lenguaje empoderado es que estén los significados
acordados, es decir, utilizar
palabras cuyo significado semántico sea explicado, acordado o co-creado (Brenson-Sarmiento).
Según
este criterio, hay dos formas de desempoderarnos (enlagunar y encubrir):
- Enlagunar: consiste en hablar con
ambigüedad, imprecisión u omitiendo información, que anula posibilidades de
acción
D: Me faltó mucho el respeto (¿Qué es respeto?)
E: No me gusta como ella me contesta cuando le llamo
la atención
D: Confiar es difícil (¿En quién es difícil confiar?
¿Para quién es difícil?)
E: Para mí es difícil confiar en mi supervisora
D: Estamos en contacto / Ya te llamaré (¿Cómo?
¿Cuándo?)
E: Te llamaré el lunes entrante
D: Voy a tratar de mejorar en esto (¿Cómo?)
E: Voy a practicar 3 veces por semana hacer esto
Estar atentos a ambigüedades e imprecisiones cuando
te comuniques ya que puedes estar restringiendo posibilidades de acción.
La segunda forma de desempoderarnos relativo a los
significados acordados es:
- Disfrazar: consiste en usar la
retórica, la ironía o el sarcasmo como forma de esconder lo que se quiere decir,
cerrando posibilidades de cambio.
A la empleada que llega media hora tarde por la mañana
D: Buenas tardes (sarcasmo)
E: Buenos días, ¿quieres explicarme tu tardanza?
D: ¿Cuándo será que comenzamos a trabajar
como equipo? (una pregunta retórica)
E: Me preocupa nuestro poco progreso en el trabajo
en equipo y quiero hacer algo al respecto
Preguntas que te puedes hacer para empoderarte
cuando enlagunas y encubres:
¿Qué quieres decir con…?
¿Qué significa para ti…? ¿A quién te refieres?
¿Cómo afecta tu compromiso a la acción la frase: voy
a intentar, ya te llamaré?
¿Cuán útil es la ironía o el sarcasmo para
comunicarte?
¿Abres o cierras posibilidades de acción cuando eres
ambiguo o sarcástico?
La mejor forma para aprender a usar el lenguaje
empoderado es la autocorrección. En el mismo momento de darte cuenta de que
usas un lenguaje desempoderado, debes dejar de hablar enseguida
(auto-interrupción) y reformular lo que quiere decir (auto-corrección) con
estructuras empoderadas. A medida que lo hagas, te darás cuenta del uso del desempoderamiento
más rápidamente hasta darte cuenta en la fracción de un segundo entre el
pensamiento y la producción lingüística, para finalmente interiorizarlo.
Los próximos
dos post seguiré hablando sobre el lenguaje responsable y cómo empoderarte a
través del lenguaje.
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